Hijo de la guerra
No sabemos su nombre ni su apariencia, sólo que tiene dos años y que por su sangre confluye el ADN de una secuestrada y su secuestrador. Las condiciones de su procreación, inciertas. Quiero pensar producto del amor o de un instante de escapismo, desenfreno, desahogo y no de la imposición y de la fuerza. Ahora bien, tal ves un poco de ambas ¿El encierro y la soledad no son lo suficientemente fuertes para llegar a imponernos a nuestro verdugo como el consolador de nuestras frustraciones y carencias?.